sábado, 13 de febrero de 2010

Jugadores mal tratados por su equipo.


Si en una anterior entrada trataba el tema de los entrenadores que, a mi modo de ver, habían sido injustamente cortados por su equipo. Hoy quiero tratar las situaciones de jugadores que, además de difícilmente explicables, son evitables.
  • En Valladolid empezaron la temporada teniendo que descartar dos jugadores con contrato por culpa de los pasaportes de Van Lacke y Barnes . A día de hoy, Barnes juega como comunitario, por lo que Dumas juega solo cuando hay una baja de jugadores no seleccionables.

  • El Cajasol, un clásico en lo que a despropósitos se refiere, tiró por la borda sus dos fichajes de relumbrón para esta temporada, quizás por culpa de la indefinición de con cúal de los dos quedarse cuando el pasaporte de Asselin no llegó.

  • En el CAI, Matías Lescano pasaba de ser el imprescindible capitán, a no contar con ficha en LEB. Lamentable.

Rafael Hettsheimeir vuelve al CAI esta semana, después de demostrar que su sitio está en ACB. Para Willy Villar su vuelta era inevitable, ¿como iba a dejar a Rafael triunfar, mientras en Zaragoza las pasan canutas para conseguir un ascenso, que por cierto es el más barato de los últimos años?

Desde el punto de vista del Obradoiro, a principio de temporada hubo que prescindir de Flis y Jaleel Akindele, alguno habló de improvisación. Nada más lejos de la realidad.


Cuando los medios comenzaron a divagar acerca de la posibilidad de que Jackson consiguiese la nacionalidad macedonia, la directiva automáticamente desmintió está posibilidad por improbable. El que todos sus jugadores puedan decir que su estancia en el club esta temporada fue un paso adelante en su carrera, es básico para nuestro proyecto.

Por ahora desear a Hettsheimeir lo mejor en el futuro, sin él no estaríamos donde estamos, y suerte, que en la plaza a la que va, seguro la necesitará.

sábado, 16 de enero de 2010

Con la segunda vuelta por delante

Tras perder los cuatro primeros partidos, nuestro Xacobeo se ha asentado en la zona media de la tabla, llegando incluso a luchar por entrar en la Copa del Rey. Ciertamente el puesto es lo de menos, ya que la igualdad es máxima, y los de abajo se están reforzando para la segunda vuelta. Sin caer en el oportunismo que da la clasificación, con las limitaciones que padecemos y las de lesiones sufridas, una primera vuelta mejor, sería impensable.

Si bien las primeras victorias pudieron llegar, gracias a la deficiencia de juego de nuestros rivales, y a la motivación de nuestros jugadores, poco a poco, los esquemas defensivos y ofensivos de Curro se fueron asimilando, y están dando resultado. La zona, además repartir la exigencia física de los jugadores, se convirtió en un arma para bloquear el ataque contrario. En ataque, se ha evolucionado de un equipo excesivamente dependiente del acierto en el tiro exterior, a otro con nuevos recursos y un juego mas equilibrado dentro-fuera, principalmente desde la llegada de Hettsheimeir. Se ganaron partidos en el Sar y partidos a domicilio. Partidos tácticos en los que predominaron las defensas, y otros con altas anotaciones, en los que fuimos superiores al rival. Confio en la continuidad de este crecimiento mostrado, y me hace ser positivo de cara al futuro.

La plaga de lesiones sufrida (Sánchez, Vasileiadis, Pasalic, Jackson y Manzano) ha dificultado la construcción del grupo. Las lesiones hacen añicos la planificación de cualquier plantilla. Aunque el Barcelona sea el mejor equipo en la actualidad, ¿cúal hubiera sido el resultado en el último derbi, si le faltasen Ricky, Mickeal, Vazquez o N´Dong, como le ocurría al Madrid con Llull, Hansen, Reyes y Van Der Spiegel? O ¿que diría Aíto si el Unicaja hubiese tenido nuestras bajas?

El equipo se sobrepuso a estas adversidades, incluso, como parte positiva, nos trajeron a Hetsenmeir. Cuando fichas a un jugador temporalmente, si no acuerdas una forma de renovación automática, corres el riesgo de que el jugador se revalorice y busque su futuro en otro equipo. Si el jugador llega cedido por otro club, lo normal será que regrese. Su rendimiento ha sido inesperado para todos, pero ahora lo importante es que nuestro Obra tiene un MVP y es necesario que luche por él. El CAI no está en situación de prescindir del brasileño, pero a falta de refuerzos, la dirección deberá aferrarse a esta posibilidad, y ofrecer al jugador un proyecto y un trato más beneficioso para su futuro. El jugador aún no se ha pronunciado, pero sabemos que siempre tiene la última palabra.

Impresionante el paso adelante dado por los jugadores. Además del liderazgo moral y anotador de Vasiliadis, la figura de Jackson en las primeras jornadas, y la explosión de Hettsheimeir, no sería justo olvidar el papel de Stanic. Sus limitaciones físicas y en el tiro, quedan suplidas con su su intensidad y buen hacer en la dirección. A él debemos nuestro ratio asistencias/balones perdidos, que es de los mejores de la categoría, y también alguna victoria que se consiguió gracias a su aparición cuando peor pintaban las cosas. Mención también para los secundarios: Sánchez, Bulfoni, Manzano y Higgins, que jugando cada uno su papel, han optimizado siempre sus virtudes en beneficio del grupo.

Curiosamente los jugadores más talentosos del equipo, Terry y Djedovic, son los que llevan una temporada mas desdibujada. Los buenos resultados han jugado a su favor, así que tendrán la segunda vuelta para demostrar toda su calidad. Djedovic podría estar pagando el salto de la LEB Plata a la ACB. En los últimos partidos se ha visto una mejora en su rendimiento y sobretodo, una mejor actitud defensiva, que esperamos tenga continuidad. Respecto al primero, su menor concentración en defensa, facilidad para perder la posición, tendencia a absorber el balón en ataque y carencias en la lectura del juego, lo han convertido en el centro de las críticas por parte de todos. Desde mi punto de vista, sus defectos no van unidos a una mala actitud. Un entrenador debe exigir siempre la máxima responsabilidad a cada jugador con el grupo, pero no se debe hacer de él el culpable de los malos resultados, ni tratarlo como un jugador que nunca será.