sábado, 26 de diciembre de 2009

El eslabón mas débil de la cadena

Después de un tiempo sin poder escribir, hay muchos aspectos para escribir acerca del buen inicio de temporada que está haciendo el Obradoiro. Pero en parte porque en este último año, mis dos compañeros de trabajo han sido injustamente apartados de su puesto, me gustaría hacer justicia a los técnicos que han sido cortados en lo que llevamos de temporada. Las situaciones vividas por Luís Güil, Moncho Fernández o Javier Muñoz, se producen en circunstancias diferentes, pero además de parecerme injustas, demuestran la falta de criterio de los dirigentes de un proyecto deportivo, y el escaso mando con el que cuenta el entrenador para dirigir un grupo.

Javier Muñoz construyó con la nueva directiva en un tiempo record, un equipo competitivo para Leb Oro. Imaginaros la situación, trabajas con tus jefes para poner un equipo a andar y a los dos meses de competición prescinden de ti. No nos engañemos de que aunque el equipo haya mejorado su rendimiento de de la mano de Paco García, el nivel de la plantilla no es para aspirar a mucho mas que conseguir la permanencia, por lo que la destitución del entrenador me pareció que estaba fuera de lugar. Me alegro de que su destitución haya dado buen resultado y que el equipo haya mejorado con creces su rendimiento. Al parecer esta decisión se debe a que para la próxima temporada el Aguas de Sousas tendrá un fuerte presupuesto, por lo que se creyó beneficioso apostar por un entrenador que empezase a trabajar desde ya para la próxima campaña. Pero aún así, no considero que fuese acertada. Quizás antes que el cambio de entrenador la directiva debiera empezar a crear una dirección deportiva profesional, para que en el futuro estas decisiones se tomen con más criterio, y que Paco García cuente con la estabilidad que no ha tenido Javi Muñoz para dirigir el proyecto.

Del caso del Murcia ya se ha hablado en este blog. A Moncho Fernández se le diseño un equipo con muchas carencias. La mala actitud se tradujo en marcadores en contra de escándalo y que Moncho apartara de la rotación a determinados jugadores. Esta decisión que fue acertada en un principio, lo dejó sin ningún margen de actuación. Como no se podían cortar jugadores ni fichar refuerzos, a la directiva no se lo pensó lo mas mínimo y tomó la decisión mas socorrida en estos casos que es prescindir del entrenador. Lo cierto es que se ficharon jugadores con buen nombre y experimentados como Vujanic, Delininkaitis, o Scepanovic, pero con carencias en los puestos interiores y en defensa. Con un presupuesto mucho mayor al del Obradoiro, se hizo un equipo con nombres contrastados, pero más débil como bloque. Al final de temporada alguien más tendrá que asumir su responsabilidad, mientras Moncho esperará otra oportunidad en la ACB, o un proyecto fuerte y estable en Leb.

En este caso, la decisión no ha dado resultados positivos por ahora, así que al Murcia se le ve un futuro muy negro. Sinceramente, algo de lo que nos alegramos desde Galicia. Dejo también para la reflexión, lo diferente que se ha gestionado la mala actitud de algún jugador en el Obradoiro. No sabemos que hubiera pasado si los resultados no acompañasen al equipo, pero a diferencia del Murcia, parece que entrenador y dirección deportiva actuaban unidos. Esta estabilidad es la única forma de sacar adelante el equipo.

Luís Güil se encontraba en el polo opuesto a Moncho Fernández. El Fuenlabrada es un equipo bien organizado, una directiva experimentada, con hombres de baloncesto, con un presidente que presumía de solamente haber destituido a un entrenador hasta la fecha. El año pasado con un equipo que unía talento con actitud, Güil a punto estuvo de meterlo en Play-offs y Copa del Rey, practicando un juego rápido y bonito, que enamoraba a la grada. Los mejores jugadores se fueron al final de temporada, dejando la caja llena, y llegando otros de calidad innegable, pero con una actitud algo más que cuestionable. Güil tocaba el cielo cuando tras 4 jornadas el equipo se mantenía invicto, gracias sobretodo a las meritorias actuaciones de sus estrellas. Desde que el Obra cortaba su imbatibilidad en la 5ª jornada, las lesiones, y las guerras entre sus jugadores de referencia (si es que se pueden llamar así), hacían que tras siete partidos perdidos, el equipo se colocase en puestos de descenso, aunque empatado con otros 9 conjuntos. En una semana en la que Fitch llegó a estar fuera del equipo, finalmente la cadena rompió por el eslabón mas débil, y fue el entrenador el que, incapaz de lidiar con los egos de sus estrellas, cargó con la responsabilidad de los malos resultados.

No me parece que Güil sea un entrenador tipo sargento, así que no me quiero ni imaginar que hubiera ocurrido si el entrenador fuese Dusko Ivanovic. Por mucho talento que tengan determinados jugadores, si no juegas en equipo y no defiendes, es muy complicado ganar partidos. El cambio de entrenador ha dejado una victoria en dos jornadas, pero las sensaciones siguen siendo las mismas, así no sabemos si esta vez se ha solucionado el problema.

Aunque las tres son situaciones bien diferentes, siempre llego a las mismas conclusiones:

· La figura del entrenador sea por lo que sea, siempre carga con la responsabilidad de la mala marcha del equipo.
· Las plantillas tienen problemas que difícilmente se solucionan con el cambio del entrenador. Puede ocurrir que su marcha sirva para cambiar la dinámica en la que estaba sumergido, pero no van a arreglar sus carencias.
· La sensación de impunidad con la que las directivas primero presentan al entrenador como el mejor que podrían haber fichado, para luego cortarlo a la primera oportunidad que se les presenta, creo que tiene un coste para el equipo superior al meramente económico.

Los entrenadores son conocedores del papel de apaga fuegos que tienen en el deporte profesional. Pero aún así, creo que las directivas deberían de plantearse hasta que punto es efectiva esta función. El entrenador ayuda en la confección de la plantilla, dirige al grupo de jugadores y staff técnico, busca obtener la máxima rentabilidad del grupo que dispone, debe ser la máxima autoridad en el vestuario, y debe adaptarse a las condiciones existentes en el deporte profesional de espectáculo-deporte-negocio. Pero ¿debe asumir la responsabilidad de la marcha de un equipo sean cuales sean las razones?

A BEA Y ERNESTO: TRABAJAR CON VOSOTROS FUE UN PLACER

1 comentario:

  1. Me alegra mucho que continúes escribiendo y seguiré pendiente de tus nuevos artículos. Gracias por acordarte de nosotros.
    Ernesto

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